Uno de los mayores placeres de dirigir, si no el más grande, es tener la oportunidad de juntar talentazos que no han colaborado nunca juntos, hacerles multiplicarse entre ellos y gozar con el resultado.
Cuando hicimos "Dibujo de David" me pegué el gustazo de ver el resultado de la ecuación entre uno de mis ilustradores favoritos, Juan Berrio, y un joven animador obsesivo y delicado como es Raúl Echegaray. El resultado fue este segmento del corto(sumado a la música de Max Wright y las voces de Marc Martínez, Vicenta Ndongo y Marcel Borrás, of course).
El gustazo se multiplica a su vez cuando, un tiempo después, ese tándem sigue uniéndose, esta vez sin necesitar tu celestinaje, y crea piezas como esta joya de orfebrería que podéis ver pinchando aquí.
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