Por la razón que sea, duermo en un instituto.
Es un lugar grande y gris, espacioso y sucio, como en el que cursé octavo en New York, personal pero ajeno.
En un pasillo tengo mi colchón y mis cuatro cosas: libretas, CD’s…
Voy a ese instituto como alumno.
Llegan los otros alumnos, hay un grupo que los lidera, son una masa uniforme, y deciden destrozar el centro.
Entran en las clases y las pulverizan divirtiéndose, y las profesoras se asustan y lloran, y lo van jodiendo todo, y yo pienso que esto es una locura pero no seré yo quien les vaya a parar.
Corro para salvar mis pertenencias, los líderes de la revuelta me ven y hacen que todo el grupo, infinito grupo, me persiga. Yo tengo que demostrarles que tambien soy de los suyos, así que empiezo a destrozar cosas también.
Llego al pasillo donde está mi casa y compruebo que todo está devastado.
Mi colchón está doblado sobre sí mismo. Un niño pequeño lo vigila. Me dice que no me preocupe y abre el colchón, dentro ha guardado todas mis pertenencias, sanas y salvas.
Le abrazo y empiezo a llorar.
(sueño de Junio del 2001)
Rebelion en las aulas
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