El barbero del Rajastan

"En Lake View conocí a Daniel, un ex-pat norteamericano que lleva veinte años en Amsterdam; cuarentaytantos, juvenil, actor, solitario y extrovertido(como buen solitario), profesor de economía, locutor de radio... De alguna manera es el Papá Pitufo de los back-packers. (...)
Hay algo de los ex-pats yankis (ex-patriados, aquellos que abandonan norteamérica y se vienen a vivir a Europa) que siento cercano, son como personajes de Patricia Highsmith con el eximiente de que, normalmente, no han matado a nadie.

(...)

Con Cristian subimos hasta el templo de Savitri, empinado y rocoso. Una vez arriba bailamos con el joven de la tienda de flores: "I need a room partner. I need a room partner". (...) Cristian parece el tipo de joven que vive profunda pero sencillamente cada momento. Drástico y honesto, boca abierta y ojos fijos. (...)

Desde ahí arriba se podía ver todo el pueblo. Mientras bajábamos, una procesión de hombres y mujeres subía para su ritual nocturno. No nos saludaron. Los monos y las vacas tampoco.

Esa fue una noche de ritos. En el lago, a medianoche, los jóvenes se bañaban en uno de esos rituales que parecen más una juerga que otra cosa.

En la habitación hacía demasiado calor, y el ventilador no funcionaba. Afuera en la calle los jóvenes marchaban y gritaban cánticos. Yo fumaba y les observaba desde la protección de mi cuarto. Creo que me tiraron una piedra a la ventana y todo.

(...)

Para un turista asustado, y todos lo estamos en la India, dejarse afeitar con navaja no deja de ser un acto de valor. Ese valor sencillo que acompaña a Cristian.

Al ver que tenía público, el barbero se animó por momentos y al terminar el afeitado se esmeró en un masaje místico y sobreactuado, en el que agarraba la energía que venía del aire y se lanzaba a su entregado cliente. Daniel lo grabó.

(...)



Un rato después, los tres viajeros solitarios hablábamos de mujeres al atardecer. Era cuestión de horas que llegara ese momento.

En la avenida principal seguían marchando los peregrinos, con sus bastones y sus gritos, ninguno mayor de veinte. El sol empezaba a esconderse entre las montañas.

Daniel sonrió, pelirrojamente, y nos regaló dos velas, una a cada uno: "I didn't use these candles. I'll give them to you under one condition. Only use them if you are with a girl. And if you find it too straight forward just say you promised your friend Daniel you would do it. There is also another condition. You have to send me an e-mail telling me how and when you have used it. No details necessary. And if you two handsome young guys don't find a way to light your own respective candle I'll be very disappointed."

Tras esto, se levantó y con una inclinación de cabeza, una mano en la frente y un "namasté" desapareció de nuestra vista.

Así desaparece la gente en los viajes. Un segundo es la diferencia entre formar parte de tu horizonte y no existir para siempre mas.

Así desaparece, aunque nos olvidemos a menudo, la gente en general."

Realidad y ficcion en Pushkar.





"Creo que recordaré esta ciudad por tocar al atardecer las tablas delante del Ghat sagrado, con unos cánticos religiosos al lado, veinte o treinta ratas rodeándonos y el frenesí del DUM-THAM-THAM en espiral concéntrica; y por Mukesh también.

(...)

Ya tenía los pantalones arremangados y las chanclas puestas. Metí los pies en el agua infecta que desbordaba la calle, como un bautismo humano, demasiado humano.

Sobre un carro llevado por un viejo escuálido, imagen nauseabunda pero también liberadora, porque veía el agua desbordando de la misma manera que mi libertad me estaba desbordando a mi, pensé en algo así como que la clave de la felicidad está en tomar las decisiones acertadas, como bien diría A.

Así llegué al Lake View Terrace. Pletórico.

Mas tarde me puse a pasear buscando un buen sitio desde el cual dibujar vacas, que es lo ultimo que hice.

Me sente en un chiringo donde un tipo gordo como una gota gorda de sudor banyaba harina en una piscina de aceite. Pronto se me acerco un ninyo con un nombre escrito a boli en el brazo, MUKESH. Uno de los numerosos ninyos que te persiguen con una especie de violin rudimentario colgado tras el brazo. Pedia comida y tal, ya sabes. No debia tener mas de 8 anyos, delgado, con la dentadura en un degrade caqui haciendo resaltar una sonrisa del tamanyo de un campo de futbol. Me puse a dibujarle. Y haciendolo me vi obligado a mirarle a los ojos.

Dibujando a Mukesh, este habia dejado de ser uno mas de esa horda que me atemoriza, o a la que prefiero ignorar, o a la que ni siquiera veo, que repiten su letania de "chapati, chapati, no money, money no good for children, no money, chapati..." Y a la que tu contestas con otra que suena tal que "namaste, no, thank you, no money, namaste"; son ninyos, pero te defiendes de ellos, del dolor que te crea ver estas infinitas encarnaciones de tus hijos y de ti mismo, que son una idea, un fantasma para mis pesadillas reales, un recargo abultado en la cuenta del primer mundo o de la vida en general.

Y, en ese momento, Mukesh era solo Mukesh. Puse su nombre bien grande. Y a cada trazo el sonreia al reconocerse. Le dibujaba la verruga de la nariz y el se la tocaba, comprobando ser el del dibujo. Y reia con los trazos de las orejas, y del pelo. Y me pedia con orgullo que dibujara su instrumento.

Y hoy cuando le he vuelto a ver me ha ensenyado el dibujo, doblado en su bolsillo. Luego, claro, me ha pedido "chapati, chapati..."."



(y 2)


"En mi ultimo paseo por Pushkar me encontre de nuevo con Mukesh, que alegremente hacia sus ultimas tentativas: Dinero, mi telefono, que no me marchara...

Nos dimos la mano con fuerza y luego se fue dando saltos.

Tal vez tenga razon Pasolini: Ir por la India es dejar un rastro de naufragos(y como te la ofrecen, a la que pueden no te sueltan!) esperando salir de un barco que se hunde por momentos."







(no acentos, no enyes, no money, no chapati)

Hocico con hocico



Cinco de agosto, 2008. Primera (¿y última?) lectura de "Desayuna Conmigo".

Leyeron: Anna Alarcón, Andrés Herrera, Xavi Saez, Cristina Gamiz, Alba Garcia, Manel Martínez y un servidor.

Escucharon: Irene Puig-Sedó, Pancho G.Matienzo y Amanda Villavieja. Y mi vecino Ángel.











Que quede constancia.

Alicia en Nicosia




Ahora que nos hemos dado un mes de vacaciones al cul.lubrot de "La Teva" potser és moment de fer una mica de balanç. Esta pequeña distancia es buena para evaluar la feina feta. Antes de olvidarme de todo completamente por unos días.

Ha sido una temporada muy intensa, la verdad es que Pau me ha hecho terminar exprimido. Es un personaje emocionalmente agotador y el ritmo de trabajo a veces no te permite recobrar fuerzas. Tampoco soy un portento de resistencia. Así que, como siempre, me planteo estar en mejor forma la próxima temporada para aguantar más el tren. Oye, al menos no me he desmayado ni nada, eso ya es una buena noticia.



Trabajando a ese ritmo(media hora válida de grabación por dia) uno se encuentra con dos motores a priori antagónicos pero que hay que saber combinar: Por un lado tienes que tener muy claro que recorrido hace tu personaje y qué historia tiene que contar. Eso está en el guión y es incuestionable. No hay mucho tiempo para ensayar ni discutir. Tienes que contar la historia y llegar al plató habiendo decidido ya cuales son tus opciones para contarla, los experimentos en tu casa y con gaseosa. Por otro lado hay que estar muy abierto para dejarte sorprender por tus compañeros y muy flexible para asumir rapidamente los cambios que te indiquen los directores. Si no hay confianza en tus compis tu curro no se sostiene. Combinar estas dos cosas tiene su intríngulis, y nunca acabas de aprender del todo. (Por suerte he tenido mucha suerte con estos compis, no hace falta impostar esa confianza)

Lo básico es entender la historia del person, Pau en este caso. Entenderla con las tripas. Eso es magia. A veces por más que te empeñes no entiendes nada, por la razón que sea. Y a veces, al contrario, te toca en un sitio que dices: "Joder. Comprendo lo que le pasa perfectamente", y solo lo has leido una vez y con la tele puesta. Pero si no se crea esa magia ya te puedes ir yendo a tomar por culo. Es importantísimo no olvidar eso. Además, es una serie de cinco capítulos a la semana. La cosa va muy rápido. No puedes ser muy arrogante. Cuando crees que ya lo has entendido todo la trama ha dado un giro y debes volver a recolocarte por enésima vez. Cuando me olvido de esto no me gusta mi trabajo.



Soy un hombre orgulloso. Y además creo que Pau también lo es. Pero la diferencia entre él y yo es que Pau tiene el ego infra-alimentado. Eso a veces también se me olvida. Cuando lo pierdo de vista, el personaje se difumina y aparezco yo. Yo soy muy aburrido. Es mejor, en ese sentido, Pau. La clave para no olvidar estas cosas, como no, está en el cuerpo y en el corazón. No en la cabeza.

La motivación es muy importante. Es gasolina. Sin motivación el trabajo decrece y decrece, se vuelve minúsculo. Cuando me agoto recuerdo a mis amigos con esquizofrenia. Recuerdo como les admiraba, y como la enfermedad les poseyó, y como la incomprensión de su alrededor(la mía incluida) alimentó su aislamiento. Si me empeciné en conseguir el papel de Pau fue por ellos, por ese no-entender, por lograr colocarme, aunque fuera a través de la mentira y la imitación, en su piel, por poner mi grano de arena y ayudar a la desestigmatización, por mostrar la dignidad del "enfermo" y defenderla hasta el final. Incluso en los momentos más frívolos debo pensar en ellos, no en ellos como ente abstracto, en mis amigos, en los que me han hecho reír, en los que me han hecho soñar, en los que me han escuchado. Y, de vez en cuando, no debo olvidarme de volver a escucharlos a ellos.



Y, luego, saber descansar. Que, ya lo sabemos, la prisa mata.


















Los dibujos de Alicia son de John Tenniel. La foto no sé de quien. El video hay que verlo. No te digo na y te lo digo to.

Laughing



Había conseguido el anhelado sueño de volar, pero se trataba de una levitación más que nada que podía conseguir tensando los pies. La gente se sorprendía, pero no lo suficiente como para juzgarlo como excepcional. Yo había aprendido este truco desde los primeros años de mi adolescencia, cuando empezaba a escuchar a R.E.M., y precisamente era con R.E.M. sonando cuando me daba por volar.

Primero estaba en una calle tipo Macba, acoplándome a una esfera metálica. Luego me metía, y esto es lo más curioso para mí, en una habitación cerrada con ventanas en las puertas. Dentro y fuera estaba ocupado por adolescentes, de los que solo me fijaba en las chicas. Me pongo a practicar mi vuelo/levitación rodeado de gente con la que no me une mucha amistad, y le robo el mechero a una chica guapa que podría ser una tal Roser que ayer conocí en el Merry Ant y juego un poco, aunque no me siguen mucho la corriente.

(sueño del 14 de Septiembre del 2000)